viernes, 5 de abril de 2013

GENALGUACIL

En el rincón más aislado del valle del Genal se encuentra este pintoresco pueblecito de estrechas y empinadas calles, asomado a un balcón natural a 600 metros de altitud y mirando hacia el sur, hacia la Sierra Crestellina y más al fondo, al campo de Gibraltar.
El entorno del valle es único, extensos bosques de encinas, chaparros y castaños regados por un impetuoso río de aguas claras, y todo ello salpicado por más de quince pueblos, que desde la lejanía asemejan gotas de blanca cal que han caído al azar desde el cielo.






Genalguacil no pasaría de ser uno más de estos pueblos si no fuera por el cariño y el buen gusto de sus habitantes, que lo han convertido en un auténtico museo al aire libre, llenando cada calle, cada rincón, de curiosas y divertidas composiciones artísticas, estatuas, mosaicos o graffitis, sin olvidar la ornamentación vegetal, con muchas y bonitas macetas, plantones y pequeños jardines.
Aparte de las obras expuestas en la calle, el pueblo cuenta con un museo de arte contemporáneo, que abre los fines de semana y festivos, pero cuando fuimos nosotros, estaba cerrado.
Si tenéis ganas de monte, cerca está el puerto de Piedras Blancas y el Pinsapar de Sierra Bermeja, a cuya cima, Los Reales, se sube facilmente y desde donde se obtiene una magnifica vista de la costa mediterranea.
Para comer en la zona hay algunos bares, pero yo me quedo con la terraza y la barbacoa de la venta San Juan, abajo en el río.
En esta ocasión visitamos también el pueblo de Júzcar, famoso porque recientemente gastaron 9 toneladas de pintura, lo pusieron entero de azul y lo declararon "pueblo pitufo". Desde lejos resulta llamativo y no dudo que atraiga a los visitantes, pero particularmente la decoración interior del pueblo no me parece acertada, por utilizar un lenguaje prudente.
Otro día os comentaré más cosas y más paseos del valle del Genal, el cual voy descubriendo poco a poco, y cada vez me entusiasma más.