lunes, 5 de abril de 2010

EL TAJO DE BARBATE

Una fuerte lesión de espalda me tiene retirado de la "competición oficial", y es que ya va uno para viejo. Gracias a las sesiones de fisio de mi amigo Alfonso Saez, voy un poquito a mejor y por eso, aprovechando el final de la semana santa me largué con la familia a una casita en Zahora, junto a los Caños de Meca.
Con la faja de la moto puesta y la ayuda de un bastón, me animé junto a mi hija María a dar un paseo por el parque natural de la Breña de Barbate, por el sendero que se asoma a la Torre del Tajo.
Los pinares están preciosos, de un verde oscuro que contrasta con el azul del mar, llenos de flores, de cantos de pájaros y con el suelo tapizado de fresca hierba, poco usual en estos lares.
Había poca gente, pese a ser domingo y el parque se encuentra en un aceptable grado de conservación.
Al llegar a la torre, las vistas del acantilado son espectaculares, con el mar en calma y con la costa africana recortándose en el horizonte.
A mi niña le encantó el lugar y al padre también, pues ya hacía unos años que no lo frecuentaba. A ver si me recupero pronto y volvemos a hacer y a escribir cositas.