domingo, 27 de septiembre de 2009

LA BERREA EN CAZORLA

Después de un verano en el que mi mayor actividad física han sido los baños de mar, mi amigo Faustino me propone ir a Cazorla a subir el pico Banderillas (1.913m.).
-quillo, venga, que ya ha llovido y está verdeando, y además es la berrea de los ciervos.
Nos fuimos el viernes por la tarde y tras 6 horas de coche (qué lejos está esta sierra) nos estábamos tomando unas tapas en el pueblo de Cazorla. Un rato después nos echábamos "al bardo" para dormir al raso en un claro del bosque, rodeados de ciervos que gritaban desesperados buscando una hembra.
El sábado comenzamos a caminar a primera hora, partiendo de la piscifactoría del río Borosa y adentrándonos por la cerrada de Elías, preciosa garganta con un sorprendente caudal en esta época. En los prados de Huelga Nidillo dejamos la pista y empieza la fiesta: 1.400 metros de desnivel de subida sin descansos.
Pasamos junto a varios cortijos habitados por ermitaños y llegamos, tras algún pequeño despiste, al collado de Roblehondo. Aquí comienza el paso clave de la ascensión: "el tranco del perro", una repisa abierta en el tajo a golpe de dinamita, que permite superar las enormes defensas rocosas de esta vertiente de la montaña.
Ganamos la cuerda y aún queda un largo tramo hasta la cumbre, donde empezamos a sentir los efectos de la ascensión en nuestros músculos. A las 3h de la tarde, comemos algo en las casetas de vigilancia contra incendios de la cima del Banderillas.
La bajada es rompedora. De vuelta al collado optamos por seguir el sendero P.R. que se supone que nos lleva directo al Borosa, a donde dejamos el coche. Pero de directo nada, vueltas y más vueltas, subidas y bajadas, hasta el descenso final. Llegamos al punto de partida a las 8h, tras más de 10 horas de intensa actividad.
Fin de fiesta en Arroyo Frío, con solomillo de ciervo y rioja abundante. Las piernas me pesan, pero ha merecido la pena.
Gracias por convencerme Fausti.